Me cuesta mostrarme frágil, vulnerable. Escondo mucho esa
parte de mí.
A veces no sé qué decir. Me cuesta contar que creo en el
para siempre, en el llegar a viejitos juntos. Me cuesta tanto decir lo que
necesito, lo que pienso, lo que quiero, lo que siento. Lo que me pasa. Y vos lo
sabés, lo sabés mejor que nadie. Los cursis somos muy criticados. Nadie debería
avergonzarse de sentir algo lindo en un mundo donde pasan cosas horribles todos
los días. Quizás, tendría que sentirme afortunada de estar acá, sintiendo amor
cuando está cada vez más en peligro de extinción. No lo sé.
Perdón, a veces me cuesta hablar, la coraza pesa y ando con ganas
de sacármela todos los días, pero cuesta encontrar por quiénes hacerlo.
Perdón si me cuesta dejarme querer. Dejarme encontrar. Todos
los días lo intento.
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