Hoy, donde el mundo se nos está viniendo encima, es donde
hay que dejar de mirar, y aprender a ver.
El engaño, el fraude, disfrazar la verdad, es la mejor arma
de los más corruptos, de los villanos de la vida.
Hoy, la cuarentena nos aísla, nos encierra, nos separa, nos
vacía de sueños.
Hoy te sentís muerto en vida, no te sentís útil. Sentís que
al mundo, a la vida le da lo mismo que existas o no. Te sentís solo. Pedís a
gritos un milagro, algo que te devuelva la fe en la magia, y sobre todo en la
vida.
Pero no, no estás solo. Tenés que saber que sos necesario,
importante, decisivo para generaciones pasadas y también futuras. No importa el
mundo que recibiste, sino el mundo que podés dejar.
La clave está en revelarte. En hacer lo que amás, y amar lo
que hacés. El mundo cambia cuando vos cambiás. Y para eso hay que creer que el
cambio es posible.
No permitas que nada ni nadie te robe el amor por la vida.
No permitas que te roben la inocencia, el asombro, la fe En el futuro. La
iniciativa, el hambre de progreso, las ganas de cambiar, de crecer.
Hacé el cambio, reaccioná. Buscá a ese niño que aún vive en
vos, y soñaba con crecer, y ser un héroe, ser alguien.
Sí a la vida. Sí a los sueños. Sí a elegir ser. Sí a crecer.
Sí al corazón. Sí al amor.
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