Todo el mundo quiere tener a alguien cerca para no sentirse
solo esas noches de mierda.
Pero cada vez son menos los que se animan a amar. Todo
descartable. Todo tóxico. Todo para soltar. Y se preocupan cada vez menos por
sí mismos para ser un buen amor, el mejor amor. Ese amor que esperan, quieren,
sueñan, y merecen.
Yo amo un montón. Como puedo, como me sale, como creo que
está bien. Pero amo. Me la juego, aunque no sepa si voy a ganar, si voy a ser
feliz. Está mal? creo que no.
Prefiero la paz de haberlo dado todo, a la duda de que
hubiera pasado sí?
Quizás, no sea la mejor amando. Se aprende todos los días.
Pero doy hasta lo que no tengo cuando lo hago. Y no, no me arrepiento.
Todo lo que deseo, lo que quiero, lo busco hasta
encontrarlo. Jamás me detengo. Jamás me conformo. Y no me importa que hoy nadie
tenga la valentía de sentir, de jugársela, que nadie se comprometa a volar
acompañado.
El amor que yo tengo para dar es a la medida de quien lo
pueda, quiera y sepa recibir.