Todo el mundo tiene sexo, pero solo unos pocos hacen el
amor. Desde que el sexo se volvió fácil, encontrar amor se hizo más difícil.
No es tan simple. No es tan sencillo. Se puede coincidir,
pero conectar cuesta un montón.
Sobra gente con quien sacarse la ropa, y falta gente con
quien sentir la confianza para desnudarse.
Candidatos para calentar la cama siempre hay, pero nadie
tiene el valor suficiente para sacarte el frío del alma y ablandarte el
corazón.
Cuando venís con el corazón hecho mierda, cuesta el doble volverlo
a abrir y entregar.
Todos buscan pedacitos de felicidad en esas personas que
quieren sexo. Solo unos pocos buscan una felicidad eterna, hacer el amor, y
dormir con la tranquilidad de tener a alguien que ama, y se deja amar.
Cualquiera deja caer la ropa por un poco de placer. Casi nadie
te hace sentir que podés dejar caer las dudas y los miedos con amor.
Se desconfía de todo, porque sobran ofertas para transpirar
un ratito. Pero no llega ninguna para ducharse juntos después de un poquito de
amor.
Hoy, no le abrís tu alma y tu corazón a cualquiera, porque
cada vez que lo hiciste te lo rompieron en pedacitos, y las dudas y los miedos
quedan.
No esta fácil la cosa. Hay mucho beso con los ojos abiertos.
Mucho placer casual con desconocidos. Quizás no entienden la diferencia entre un
me calentás, y un me derretís.
No queda otra que esperar. Tal vez entre tanta gente de pie,
encontrás a alguien como vos. A alguien con ganas de volar.