Lo siento en el aire, lo veo en las calles, en el colectivo,
en la televisión, lo leo en los diarios, en las redes sociales, lo escucho en
la radio, en la gente, en vos, en mí.
El amor existe, sigue existiendo, nunca deja de existir. Se
ve en las parejas, en las fotos, en las miradas, en las sonrisas, en las
dedicatorias. Está en el brillo de los ojos de mi papá cuando mira a mi mamá, está
en la amistad, en la familia, en los actos desinteresados, en los gestos de
corazón. Lo veo en cada persona, en cada detalle, abunda en el mundo, inunda
cada rincón.
Yo pensé que nosotros éramos el amor. Pero el amor sigue existiendo,
nunca deja de estar en todos lados, todo el tiempo. Existía antes de vos, y existe
después de vos. Existe, y hace del mundo un lugar mejor.
Yo pensé que nosotros éramos el amor, pero el amor no
terminó en vos y yo. El amor sigue existiendo, nunca deja de estar en todos
lados, todo el tiempo.
Y yo sé que algún día voy a sentirlo, otra vez, cerca de mí,
y quizás, ese día entienda por qué no funcionó antes. Hoy, mientras tanto, sigo
disfrutando del amor que abunda en el mundo e inunda cada rincón, y lo celebro
y agradezco.