Acá voy a estar.
Aunque ya no estemos juntos.
Yo siempre voy a querer que seas feliz, aunque no sea
conmigo.
Recordarte y sonreír, es mi manera de homenajearte. Es lo
mínimo que le debo a esos momentos donde nos hicimos bien, donde supimos
hacernos felices.
Podría quedarme abrazada al dolor, a la tristeza de haberte
perdido. Pero elijo sonreír por tener la suerte de alguna vez haberte tenido
conmigo.
Hoy, aunque no sean mis abrazos que unan tus partes rotas, aunque
no sean mis mimos que te hagan sentir a salvo, aunque no sea mi almohada donde
descansen tus sueños, yo te quiero ver bien. Porque lo bueno que me diste mientras
las cosas funcionaron, es mucho más fuerte y tiene mucho más valor que lo
triste que fue todo cuando las cosas dejaron de funcionar.
Acá voy a estar, aunque el tiempo pase, aunque ya no
hablemos.
Cuando te dije te amo para siempre, no fue para atarte a mí,
al contrario, siempre te dije que el amor es volar juntos, pero nunca atados.
Volá. Sé feliz.
Acá voy a estar. Esa fue mi promesa.