Hacen falta más llamadas inesperadas a la madrugada y menos
mensajes en whatsapp.
Hacen falta más cartas escritas con puño y letra y menos posteos
en facebook.
Hacen falta más
corazones sinceros y menos indirectas en twitter.
Hacen falta más momentos compartidos y menos regalos
comprados.
Hacen falta más “ME ENCANTÁS!”, mirando a los ojos y menos
enojos por celos.
Hacen falta más “MUERO DE GANAS DE CONOCERTE, ENAMORARME DE
VOS!” y menos “NO SÉ QUE SOMOS, ESTAMOS VIENDO QUE PASA!”
Hacen falta más “ME MUERO DE GANAS DE COMERTE A BESOS!”, no
importando si es la primera, segunda, o última vez.
Hacen falta más abrazos y besos enfrente de todo el mundo.
Hacen falta más relaciones que aunque duren mucho o poco, ambos tengan ganas de
enamorarse, verdaderamente conocerse, entregarse, volverse locos aunque sea
un poco y menos parejas que eligen estar
juntos simplemente por costumbre, aunque ya no sientan amor, deseo, pasión, porque temen a la soledad.
Hace falta más amor y menos guerra, para vivir la vida feliz.