jueves, 1 de diciembre de 2016

DECILO, SIMPLEMENTE DECILO

Dejá de mostrarte fuerte, valiente, entero, que bien todos sabemos lo que siente el otro.
Decilo todo sin miedo, escribilo, transmití. Arrancate la vergüenza de raíz. Decilo como te salga del alma, como te salga del corazón, pero decilo. Qué podés perder?
Decilo todo sin pelos en la lengua, sí, decí todo eso que sentís, no lo pienses más, no lo dudes más. No lo susurres, gritalo, sí, gritalo con fuerza, con ganas, que te escuchen, alzá la voz, hacete oír.
No lo digas por mensaje de texto, ni por cartas, tampoco por facebook, instagram, twitter, whatsapp, y mucho menos por una llamada telefónica, no!, nada de tecnología. Decí todo de frente, en la cara y mirando a los ojos.
Basta, no te escondas más atrás de una PC o de un celular, basta! Que vuelva el diálogo, hablá y hacé que te escuchen, escuchá y permití que te hablen. No hay manera más fácil, simple y sencilla de cicatrizar las heridas, de volver a unir piezas rotas que con el diálogo. No hay mejor consuelo que un abrazo, un beso, una caricia, un te quiero después de una charla sincera, transparente. Abrí tu corazón, tu alma, desnudate sin miedo, permitite  ser libre. Quizás mañana sea tarde, decilo hoy, el momento es hoy, es ahora, es este instante.