Es más, me atrevo a decir que pocas personas me hacen reír
tanto como vos.
Vivimos lejos, eso es verdad, pero no podemos estar mucho tiempo
sin hablarnos porque lo que sentimos es más fuerte. Soñamos con pasar infinitos
momentos juntos, reírnos uno del otro, pasarla bien donde sea y como sea, pero
sin dejar de reírnos, bailar y cantar en la calle, sin importar el qué dirán,
porque la vida hay que vivirla haciendo todo eso que nos haga felices.
No conozco a tu familia, y vos tampoco a la mía. Ni siquiera
te conozco a vos, y vos tampoco a mí, pero a través de las diferentes redes
sociales aprendimos a conocernos. Tenés muchas cosas que me encantan y otras tantas
que no me gustan ni un poco, pero de eso se trata, no? De aceptar a la otra
persona con sus virtudes y defectos, sus errores y sus aciertos, sus días malos
y sus días buenos, sus días tristes y sus días felices.
Si hoy, alguien me pidiera que describa nuestra relación con
una sola palabra, sin dudas, elijo “REAL”, porque en un mundo donde las máscaras y los
disfraces sobran, donde la gente se relaciona por interés, y rara vez porque realmente
lo siente, verdaderamente le nace del corazón, donde vivimos en un mundo que
confunde amistad con llevarse bien, lo nuestro sobresale porque no hay disfraces,
nos decimos de todo y siempre de frente. Lo nuestro es verdadero, no existen
intereses de por medio.
Nunca me falles, yo jamaste fallaría.