sábado, 1 de agosto de 2015

UN HERMANO

Es un tesoro para toda la vida. Es ese amigo incondicional que nunca va a fallarnos, es quien más allá de todo y de todos siempre está y para el que siempre estamos, es quien ve crecer nuestros sueños, es quien hace que la soledad, los miedos y la tristeza no existan, es un compañero del alma, de vida y de corazón, es esa relación que permanece a pesar de los conflictos, también es quien está en los momentos que nos hacen sonreír, es el enemigo con el que más pelearemos y, a su vez, más amaremos.
Es la unión de dos corazones. Es esa unión que nos obliga a aprender a cuidar, a no preocuparnos solo por sí mismos y de velar por la seguridad y la felicidad del otro.
Con él, aprendemos a tener en cuenta a los demás, a perdonar, a compartir, a superarnos, aprendemos de los errores, con él el tiempo no existe, con él el amor es incondicional.
Aunque las circunstancias nos cambien o nos alejen, sabemos que el amor permanece a pesar del tiempo. Un hermano siempre hace cualquier cosa por vernos sonreír. Pase lo que pase y aunque las ramas de los árboles se distancien, siempre compartiremos raíces. Porque todas las lágrimas y sonrisas vividas uno al lado del otro nos une para siempre. Porque lo que dos hermanos han vivido juntos no se olvida nunca.