Ella sabe que no está bien, que tarde o temprano le hace
mal, termina sufriendo, triste, y herida. Pero lo quiere, lo quiere de verdad.
Ella intentó olvidarlo, intentó arrancarlo de raíz aunque
duela, intentó que ese amor que le brotaba por los poros disminuyera hasta
volverse tan chiquito, tan minúsculo que ya no se acuerde que en algún momento
existió, pero lamentablemente no lo logró.
Más de una vez intentaron convencerse de que ya no estaban
cada uno en los pensamientos del otro, tampoco en sus mentes y sus corazones, pero
en el fondo sabían que no era así, porque el amor que sentían era tan fuerte,
tan puro y real que lo llevaban tatuado
en el alma.
Y cuando ella logró dejar de extrañarlo, necesitarlo,
pensarlo, él otra vez volvía a aparecer, pero esta vez de una manera diferente,
como un amigo más.
Hoy ella sabe que es distinto, que sólo son amigos, o
intentan serlo. Todo el tiempo se repite, esto está bien?, está mal? Qué hace? Piensa en las consecuencias
o lo disfruta? Esta vez, él querrá algo serio o es un juego más? Muchas preguntas,
pocas respuestas. Todo es un misterio, el futuro es tan incierto.
Pero hay algo de lo que ella está segura. Sólo cuando lo
tiene cerca, puede ser ella misma sin miedo, y eso le gusta. Ella no lo quiere
a mitades, lo quiere completo, no lo
quiere unos días, lo quiere toda una vida. Sabe que no se merece que la quieran
de a ratos, pero por ahora lo soporta, sólo por ahora aunque sabe que está mal.